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miércoles, 30 de junio de 2010

Mi pasado.


Aquella mañana me desperté, y noté que TODO había cambiado.
Ya no sentía ese hermoso cosquilleo, me sentí vacía, extraña.
Me levanté y me miré en el espejo, me miré a los ojos y esa chispita había desaparecido.
En realidad, llevaba ya algún tiempo dejando de existir, porque los últimos tiempos, fueron malos.
Aquel amor en estado puro que sentía hacía él, se estaba pudriendo. Sólo me hacía sufrir.
Así que mi amor, paso a llamarse odio.
En vez de mariposas, cuando le veía sentía nauseas; en vez de mirarle con ternura, le miraba conrabia, rencor... no lo podía creer.
Más tarde mi odio paso a indiferencia.
Parece que todo mi mal había pasado, pero estaba triste.
El sentido que le había dado a mi vida había desaparecido. Ese espacio que ocupaba él en mi, había desaparecido también.
Se me hacía extraño poder cambiar ese sentimiento con tanta facilidad...





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